Fotografía de larga exposición con resultados brillantes
LA DISOLUCIÓN DE LOS CUERPOS – Carlos Colás
Del 8 de octubre al 7 de noviembre de 2015.
Carlos Colás tiene una dilatada trayectoria en el arte de la fotografía en la que destaca un marcado interés por el mundo del espectáculo, la danza y el movimiento. En esta exposición en espacioocupado, el fotógrafo se encuentra cómodo y en el ambiente propicio para presentarnos un trabajo maduro, reflexivo y representativo de su manera de entender la fotografía.
Esta exposición nos presenta una serie en la que el cuerpo en movimiento tiene todo el protagonismo. Los cuerpos de los modelos danzan con el fotógrafo en un baile frenético, sin aliento, en el que el latido de los corazones sigue el ritmo acelerado que invade todo, salvo el interior de la cámara, donde el obturador permanece inmóvil y sin perder detalle de cada cambio de posición en el espacio. Estos largos tiempos de exposición no permiten capturar un instante preciso. En cambio logran trazar el movimiento de una manera dinámica y expresiva.
En cierto modo, en la historia de la fotografía, desde los primeros daguerrotipos, las fotografías movidas eran un defecto. Desde hace tiempo es un recurso de gran potencia, que en cierto modo permite acentuar la expresividad y transformar el fotograma en una escena abstracta, hasta el punto de aproximarse al gestualismo pictórico. Carlos Colás utiliza el movimiento para fotografiar la danza, la improvisación y el propio cuerpo, con un lenguaje muy actual.
Aparecen figuras aisladas desnudas, en ocasiones masculinas y en otras femeninas, que parece moverse poseídas por un espíritu catártico. Los cuerpos salen de la oscuridad de una desdibujada arquitectura industrial que sirve de marco, fondo o contexto, sin ninguna evocación romántica, a modo de antiguas ruinas, sino más bien como metáfora de un mundo que aprisiona la individualidad personal y los instintos más profundos de ser humano.
Las fotografías, en formatos digitales sin comprimir, están muy trabajadas en el ordenador mediante saturaciones de color, control de luminosidad y exaltación de un ruido procedente de la sobreexposición. Este ruido en la imagen cubre de una peculiar textura a las fotografías que da a todo el conjunto una gran coherencia visual y acentúa su carga expresiva.
Las fotografías, por esa textura y la densidad de color, resultan muy pictóricas, en la línea de grandes maestros de la distorsión humana, como Francis Bacon, desfigurando los cuerpos con el movimiento dentro de espacios cerrados, oscuros y opresores. En las fotografías de Carlos Colás, cada cuerpo expresa con violencia y fuerza un malestar interior, quizá la necesidad de recuperar lo salvaje de nuestro inconsciente para enfrentarnos a lo más auténtico e inquietante de nuestra naturaleza.
David Almazán.